domingo, 11 de octubre de 2009

Segundo Artículo

Acción profesional, intervención y praxis

Ningún profesional y en especial un trabajador social le pueden ser ajenos y desconocidos estos conceptos, como lo son acción profesional, intervención y praxis. Sin duda que son conceptos que se utilizarán en todo momento en el desarrollo de la carrera. Este tema es fundamental, al momento de pensar en personas con problemas o situaciones complejas, pero sin duda que son éstos los que generan las resoluciones de estos problemas y la ayuda adecuada, si se manejan de manera ajustada a lo que se espera tener como resultado final.

En primer lugar este artículo tendrá como objetivo desarrollar más a fondo estos tres conceptos y como lo llevamos a la vida cotidiana de una persona que las tiene que poner en práctica. Al momento de reflexionar a cerca de estas palabras, sale a la luz una pregunta que nos permitirá pensar más a fondo sobre este tema, ¿cómo debe actuar un trabajador social para desempeñar la acción profesional, la intervención y la praxis de la mejor forma posible?, considerando que este cuestionamiento a simple vista parece ser un poco complejo debido a la subjetividad que tiene este tema, ya que uno no puede hablar como actúa cada persona, entonces haremos un análisis general de cómo podemos actuar cuando estemos ejerciendo la profesión.

La acción profesional, es decir, como debe actuar el profesional, es una acción que se da en la vida cotidiana. En la vida cotidiana, en schutz, se requiere dar cuenta de los aspectos que la constituyen así como: la experiencia directa, la inmediatez, espacio temporal, la orientación de la conducta, las reflexiones e interacciones que orientan las acciones. Aspectos que son tan próximos al profesional y que, por lo mismo, no tiene conciencia de cada uno de ellos. Cada uno de estos ámbitos van constituyendo la vida cotidiana del profesional. Estos aspectos y la vida cotidiana son los que influyen a la acción profesional del trabajador social, las relaciones entre personas, la relaciones de un “cara a cara”, de un tú y yo (Sólo puedo comprender mi vivencia en la vivencia del otro) y las experiencias que el profesional va adquiriendo con el tiempo, son las que forman a un trabajador social para que su accionar en la vida cotidiana sea cada vez más eficiente. Aquí también surge un tema bastante importante, el actuar del profesional debe estar basado en una ética o en una base filosófica, es decir un trabajador social se basa en la ética profesional establecida por él y una base filosófica, como el positivismo, racionalismo, idealismo, entre otras. Para operar a través del pensamiento e ideología que se sienta representado.

En segundo lugar se puede mencionar la intervención, este tema es fundamental, ya que siempre se piensa que el trabajador social ayuda a la personas, les brinda una mano a la persona que lo necesita, pero todo esto a modo de caridad, lo mencionado anteriormente es una posición errada, ya que el trabajo social se basa principalmente en la intervención. “Esta profesión se diferencia de otras, porque tiene su propio objeto y está legitimada socialmente. Pero ¿cuál es ese objeto?, y ¿es importante para el ejercicio del trabajo social? Tomando la idea de José Paulo Netto, el trabajo social encuentra su legitimidad, como profesión sostenida en la división social del trabajo, en la atención de la demanda, y la respuesta a esa demanda es la que instaura el espacio de la intervención”

(González, Alicia, “Una lectura epistemológica para el trabajo social”, Santiago de Chile, Agosto de 1994, Pág. 2-6.).

Es la intervención la que nos brinda una posibilidad de construcción de un saber profesional, ese conjunto de conocimientos que se producen en la práctica, en el oficio, ese saber local y específico que, surgido de las prácticas sociales, se constituye en la cotidianeidad produciendo efectos de transformación. Para el trabajo social la intervención es lo primordial a la hora de interactuar y relacionarse con las personas.

Y por último hablaremos de la praxis, el contacto directo, cotidiano y continuo con la realidad social; su actuación con el hombre en su realidad histórica presente y la planificación de cara al futuro. La práctica no sólo es lo que nos motiva a nosotros los trabajadores sociales a día a día querer integrarnos y adentrarnos a lo que le sucede a la sociedad y a cada persona en particular, sino que también es lo que nos ayuda a perfeccionarnos y aprender como hacerlo mejor y como poder colaborar con un granito de arena para la infelicidad de la comunidad.

Así como la acción social, la intervención y la praxis son conceptos fundamentales para un trabajador social, para su actuación con la sociedad, éste debe estar conciente que cada día nos enfrentaremos con diversas dificultades, tanto para nosotros como con problemas de cada persona, pero son éstos los que nos ayudaran a descifrar la solución para cada conflicto, siguiendo y teniendo como base nuestros ideales, paradigmas y desarrollar nuestra ética correspondiente. Sin duda, este tema es uno de los más importantes que atañen directamente a nuestra carrera, y debemos ser capaces de hacer lo mejor posible, que sea una intervención profunda, un accionar profesional de acuerdo a lo que creemos que será correcto, y la praxis, sin olvidar que de por medio a un ser humano o una familia que necesita un contacto, una relación verdadera y cercana, que sienta la seguridad y confianza de parte de nosotros, los trabajadores sociales.

- González, Alicia, “Una lectura epistemológica para el trabajo social”, Santiago de Chile, Agosto de 1994, Pág. 2-6.

- Moratalla, Domingo Agustín, “Horizontes éticos del trabajo social Análisis de prácticas profesionales en política social”, Pág. 9-10.

Disponible en: www.fortunecity.es/expertos/industrial/106/trabso/funciones.htm

- Aguayo, López y Quiroz, “Ética y Trabajo Social en las voces de sus actores: un estudio desde la práctica profesional”, Santiago, Colegio de Asistentes Sociales-Chile, 2007.